viernes, 11 de junio de 2010

Una voz grabada dice: se cierra la puerta.
La gente bosteza y entra en el cuadrado
que sube y que se enlaza a su modo con el cielo.

Por un momento,
todos miran sus zapatos
y luego al techo y las luces tubulares.

Cada cabeza disiente como puede,
pero en el ascensor todo parece
la gran aceptación de una condena.

La voz grabada dice: séptimo piso,
entonces bajo y miro en la ventana
otro edificio que al lado se construye.

Los hombres ahí, también bostezan:
el aliento hace un dibujo que se pierde;
sus cascos brillan al sol que sale enfermo,
que sale y que sube para afirmarlo todo